Existe la frase "es mejor dar que recibir" que hace alusión a que dar es más valioso que recibir, como si recibir una atención fuera algo que no "deberíamos" esperar, algo "mal visto". Ante esto hay dos preguntas que podemos hacernos, la primera, ¿Y si esta frase la acuñó alguien que tampoco sabía recibir? Podría ser una forma de normalizar el hecho de no recibir nada a cambio después de una atención; la segunda, ¿Acaso no merezco la misma atención y consideración que puedo mostrar yo? Como si el hecho de ser compasivos no fuera algo que pudiera desarrollar toda la humanidad.
Dar es un acto de amor. Cada vez que das algo, estas depositando parte de ti en eso que das, sea un regalo, un cumplido o apoyo. Bueno, esa es la expectativa. El acto de dar tiene que ver con la gratitud, cuando das algo es como si estuvieras diciendo "me importas", "te quiero", "te aprecio", "tu presencia en mi vida no pasa desapercibida", "te valoro", etc.
"Dar sin esperar nada a cambio" es una frase que se me viene a la cabeza en este momento, es algo que escuchamos constantemente, sobretodo cuando nuestros padres o vínculos primarios nos hablan de la amabilidad, cuando aprendemos este concepto. Sin embargo, creo que no es posible dar sin poner expectativas, sin esperar nada a cambio. Mínimo no cuando estamos hablando de relaciones interpersonales o nuestro transito hacia y por la vida adulta.
Si este es el caso, primero hablemos de cuando si es posible dar sin esperar nada a cambio. Cuando una madre alimenta y cuida a su recién nacido dar se vuelve un acto de amor sin expectativas, porque el bebé no puede retribuir ese acto y nisiquiera es conciente de que lo que recibe no es lo esperado. Lo mismo se puede decir cuando una persona cuida a su mascota, o cuando una persona planta un arbol o recoge la basura que hay tirada en la calle. Podría decirse que así dar se vuelve un acto sin expectativas, ya que de forma verbal o material no podemos ser retribuidos.
Al hablar de relaciones interpersonales con personas que pueden interpretar lo que significa recibir, concientes de sí mismos, es inevitable poner expectativas en el acto de dar. Por ejemplo, una madre en relación con un hijo adulto puede escucharle mientras le cuenta sus problemas y termina generando la expectativa de que va a regresar a contarle por ejemplo cada semana, o en una relación de pareja, una persona que estuvo esperando a su pareja que llega tarde, espera que su pareja la espere de la misma forma, también se puede dar que cuando una persona hace algo por alguién más, sin que se le pida, esperar que la otra persona le retribuya de la misma manera, y así muchos ejemplos como esos. Dejándo en entendido que las expectativas se generan de forma no conciente.
El sacrificio de quien da.
Muchas veces las personas tomamos la postura de ser quien dá en una relación, quien termina posponiendo sus planes por el beneficio de la otra persona, quien termina reprimiendo sus necesidades para que los demás no tengan conflicto. Por ejemplo, llegó alguien de visita de forma inesperada mientras estamos comiendo y nosotros terminamos por darle más importancia a atender a esa persona aunque implique dejar de consumir nuestros alimentos. Tal vez tenga que ver con una cuestion cultural, atender a los demas antes que a nosotros mismos, lo cual implica que nos sacrifiquemos.
¿Qué es el sacrificio?
Esa palabra tiene una implicación religiosa que significa, renunciar a algo con el objetivo de obtener un beneficio. Como las personas que renuncian a los beneficios mundanos para obtener acceso al paraíso, o sacrificar a tu hijo con tal de obtener el reconocimiento divino; este pensamiento se ha trasladado a la cultura que, por ejemplo, renuncia a sus adicciones con tal de obtener una vida sana y mayor productividad. En estos ejemplos estamos hablando de un beneficio intrapersonal, ¿qué beneficio personal obtengo al renunciar a determinado objeto o situación que me da placer? Hasta ahí la parte funcional del sacrificio.
La parte disfuncional es cuando buscamos un beneficio impersonal a el sacrificio que estamos haciendo, cuando nos enfocamos más en la parte interpersonal y nos ponemos en segundo plano. Por ejemplo, en una relación de pareja una persona se sacrifica dejando que la otra persona le levante la voz con la creencia de que bajar la cabeza ante los gritos obtiene como beneficio que haya menos conflictos en la relación o que el conflicto no sea mayor, en este ejemplo el beneficio es interpersonal solo que no hay beneficio intrapersonal porque esa actitud favorece que la otra persona normalice gritar y eso afecta la autoestima y emociones de quien baja la cabeza, por eso el sacrificio, en este caso, no es constructivo.
Hablando de una relación interpersonal en donde hay un sacrificio, la persona que se sacrifica puede tomar la actitud de superioridad moral, "yo hice esto para tu beneficio, ahora debes complacerme con esto otro" y termina chantajeando emocionalmente a la otra persona, o tambien puede darse el caso de la victimización, "no te importó que hiciera esto para ti", lo cual puede favorecer a que la otra persona acceda a cosas por el hecho de sentirse culpable y no por querer construir su relación. Ambas actitudes terminan por dañar la relación.
La culpabilidad de recibir.
Si dar es un acto de amor, recibir es aceptar ese amor. Podríamos decir que recibir también es un acto de amor puesto que al aceptar lo que se nos está ofreciendo, estamos validando a la persona que da. "Tú consideración es recibida" y en ese momento es cuando agradecemos.
Sin embargo, cuando la otra persona se está victimizando por que no recibió lo que quería recibir y cuando nos está haciendo chantaje emocional, ¿Qué podemos agradecer? ¿Acaso agradecemos sentirnos culpables? O ¿Agradecemos el hecho de ponernos en segundo plano para complacer a alguien más? En este caso, recibir algo podría considerarse poner en riesgo nuestra integridad. Aunque suene dramático, recibir algo puede significar perder autonomía, perder control o seguridad sobre nuestra experiencia al acceder a hacer algo que no fluye con nosotros con el objetivo de complacer a alguien o satisfacer expectativas ajenas.
Tal vez "es mejor dar que recibir" es una frase propuesta por una persona que no quería perder su autonomía. La persona controla lo que da pero no puede controlar la forma o el sentido en que le dan algo, y eso nos pone alertas a la hora de recibir, aunque sea un acto de amabilidad. Es importante empezar a darnos permiso de vivir desde el amor, si damos algo, lo estamos dando desde el amor; si recibimos algo, estamos recibiendo amor y lo hacemos desde nuestro amor propio.
Si vas a dar algo, no lo hagas si lo haces para poder manipular o controlar a alguien, hazlo porque te nace y te importa el bienestar de la persona. Si alguien te da algo, un regalo o hace algo por ti, recibelo con amor, no subas las barreras y reconoce que mereces amor.
Fernando Tinoco
Psicoterapeuta Gestalt
No hay comentarios.:
Publicar un comentario