Quiero
hablar de un tema difícil de definir, el apego. He escuchado frases como “el
apego no es algo negativo” o “el apego es necesario para vivir”, frases con las
que estoy parcialmente de acuerdo, sin embargo, me es importante aclarar mi
postura.
El
apego es un lazo afectivo intenso que surge de cualquier conducta que busque
generar proximidad con una persona importante. Tomando en cuenta esta
definición es como podemos empezar a hablar de la creación de vínculos en
nuestra vida. Es importante reconocer que los seres humanos somos seres
sociales y por ende generar proximidad con otros seres humanos es necesario
para el desarrollo de nuestra personalidad.
De esta manera podemos estar de acuerdo con la frase “el apego es necesario para vivir” ya que necesitamos generar vínculos cercanos para formar parte de una sociedad, aprender que es socialmente aceptado y qué es socialmente mal visto, para comenzar a entender como funcionamos los seres humanos como elementos dentro de un grupo social. Y así es como podemos asegurar que “el apego no es algo negativo”. Con el simple hecho de reconocer que tiene una utilidad.
Sin embargo, también es importante mencionar que para algunos teóricos “el apego es un vínculo emocional que desarrolla un bebé con sus cuidadores primarios, este es su primer lazo afectivo el cual impactará en la creación de nuevos lazos a lo largo de su vida”. Aquí podemos encontrar una referencia a una etapa especifica de la vida del ser humano. El nacimiento. En el momento del nacimiento, los seres humanos somos completamente dependientes. Dependemos de nuestros cuidadores primarios para atender nuestras necesidades; durante esa etapa de la vida es fundamentalmente necesario el apego ya que generar apego con nuestro ambiente está completamente ligado con nuestra supervivencia. Es de la misma manera durante la niñez, para aprender a integrarnos en la sociedad, aprendemos a apegarnos a lo que nos dicen nuestras figuras importantes que es socialmente aceptable, aprendemos a relacionarnos socialmente de acuerdo con las reglas que nos son impuestas. Así es como aprendemos a vincularnos con las demás personas de nuestro entorno.
De
esta manera es como podemos llegar a crear dependencia emocional con los apegos
que formamos. La dependencia emocional se trata de una dependencia afectiva o
sentimental que consiste en comportamientos adictivos que se dan en el marco de
una relación. Un bebé aprende a depender de que su mamá lo alimente, aprende
que si llora sus necesidades van a ser atendidas, lo cual genera una sensación de
satisfacción que al mismo tiempo el bebe relaciona con alguna emoción, como alegría
o afecto. Y así es que a lo largo de la niñez si mis necesidades son atendidas
de una forma satisfactoria para mí, eso lo relaciono con las emociones que la
experiencia me otorga.
Como fue
mencionado anteriormente, el apego tiene que ver con como se generan los vínculos
de la vida y cómo nos vamos a relacionar con cada experiencia que se nos
presente. Bowlby menciona dos tipos de apego, el seguro y el inseguro. El apego
inseguro a su vez es dividido en tres estilos diferentes: apego
ansioso/ambivalente, apego evitativo y apego desorganizado. A continuación, vamos
a hablar de los estilos de apego inseguro:
Apego ansioso/ambivalente: El bebé
con este estilo de apego es el que presenta angustia exagerada cuando el o los
cuidadores primarios se alejan y, dificultad para lograr la calma cuando regresan.
Un niño con este estilo de apego es el que expresa sus deseos a manera de caprichos
y en caso de no ser atendidos al momento comienza a llamar la atención a través
de gritos, llanto y a veces golpes.
Apego evitativo: Se
caracteriza por la ausencia de angustia y la presencia de enojo cuando el
cuidador se aleja, también puede existir la indiferencia cuando el cuidador
primario regresa. Los niños que tienen este estilo de apego, a pesar de que
pueden llegar a mostrar autosuficiencia ante la separación muestran signos fisiológicos
de ansiedad.
Apego desorganizado: Tiene
como característica las conductas desorientadas ante los cuidadores. Se crea
cuando los cuidadores no tienen un patrón de conducta claro, lo cual va
generando un estado crónico de estrés, confusión y favorece la inseguridad al
momento de que el niño se relaciona con otras personas.
Cualquier estilo de apego favorece la dependencia emocional
hacia la otredad. Desde el nacimiento y durante la niñez (es normal que también
en otras etapas de la vida) aprendemos a depender de las figuras de autoridad,
con quienes nos vinculamos emocionalmente, y de cómo nos otorgan atención y cubren nuestras necesidades. De esta manera es como nosotros aprendemos a vincularnos
con el entorno y ante lo cual nos involucramos emocionalmente.
Los estilos de apego anteriormente mencionados no solo están
presentes durante las primeras etapas de vida, sino que definen como nos
relacionamos también cuando dejamos de ser completamente dependientes. Durante
la adolescencia comenzamos a vernos como individuos y a actuar como tal. En la
adultez aprendemos a vivirnos como individuos y de esta manera relacionarnos
con los demás.
Cuando nos relacionamos con base en la dependencia
emocional en estas etapas de vida estamos generando vínculos neuróticos desde
el apego inseguro. Es importante aclarar que a partir de la adolescencia (y en
ocasiones desde la niñez) dejamos de ser dependientes y comenzamos a formar
nuestra personalidad, nuestra identidad como individuos. Desde este momento el
apego deja de ser funcional, la dependencia emocional que este favorece no es
necesaria y aporta conflictos a los vínculos que creamos con el entorno de esta manera y hasta con nosotros mismos.
Es por esto por lo que la palabra apego no cabe en
nuestra vida como individuos independientes. Para aclarar, el apego no es malo
y es hasta necesario en las primeras etapas de nuestra vida, sin embargo, en
nuestras etapas más independientes, el apego nos puede traer conflictos,
hablando de que es normal que el apego favorezca la dependencia emocional. Creo
que desde la adolescencia y a lo largo de nuestra vida, podemos hablar de vínculos
funcionales desde el momento que nos relacionamos con el entorno sin llegar a
crear dependencia emocional.
Para citar a Walter Riso, “el apego es creer que nada
cambia”. De esta manera, el apego hace que te estanques, que no crezcas como
persona y evita que encuentres la manera de adaptarte funcionalmente a tu
realidad actual. Si tú identificas que los vínculos que tienes actualmente no
son funcionales, podemos estar hablando de que algún estilo de apego inseguro
puede estar presente. Recuerda que el que pidas apoyo psicológico no esta mal,
de hecho, habla de un nivel de conciencia necesario para poder avanzar y pasar
del apego inseguro al vinculo funcional.
Fernando Tinoco
Psicoterapeuta Gestalt